Ciudad de mujeres de Elizabeth Gilbert – Reseña

En marzo de cada año trato de escribir la reseña de un libro que tenga un personaje femenino interesante. En este caso, Ciudad de mujeres, escrito por Elizabeth Gilbert, la misma autora de Come, reza, ama, nos trae una vibrante historia en que las mujeres deciden hacer lo que quieren con sus vidas. Sobre todo adoro las narraciones en las que puedo acompañar a la protagonista en todo su proceso de madurez. También disfruté las metidas de pata de Vivian Morris en el Nueva York de 1940, ya que la convierten en un personaje completamente humano. 

Vivian es una joven superficial, que vive pendiente de la moda y de su aspecto físico, y que tiene como mejor amiga a su abuela, con la que disfruta de seguir los chismes de la farándula de la época. Lo que no sabe es que la máquina de coser que ella le regaló y lo exigente que fue al enseñarle a coser definirán el rumbo de su vida en más de una ocasión. 

Fotomontaje con portada de Ciudad de mujeres: Sandra Ramírez Checnes.

Me llama la atención que Vivian se sienta tan distante de sus padres y de su vida de privilegios. Ella misma comenta en el libro que nunca se dio cuenta de que fuera rica, porque estaba acostumbrada a tener servidumbre y dinero para todo lo que deseara. Spoiler. El hombre del que se enamorará de verdad nunca se dio cuenta que era pobre porque creció rodeado de carencias que para él eran parte normal de la vida habitual. 

Explosión sexual
La pérdida de la virginidad de Vivian es un pasaje que mezcla lo superficial y el uso de la libertad de forma inmadura. Me imagino a la joven y a las coristas decidiendo llevarla a que le quiten la virginidad como si fuera a curarse un diente. El hombre con el que tiene relaciones sexuales por primera vez incluso le da una propina como si le hubiera dado un servicio cualquiera. Lo más curioso es que todas lo consideran normal y nadie alude a la prostitución. Es solo un intercambio en medio de la explosión sexual que rodeaba a la gente de teatro.  Spoiler. También forma parte de ello el trío que traerá terribles consecuencias para su vida y que terminará por expulsarla del teatro Lily Playhouse. 

El sexo atravieza el libro de principio a fin, ya que Vivian y la despampanante corista Celia arrasarán las noches en Manhattan. Ellas se acostarán con todos los hombres que deseen y se beberán hasta la última gota de diversión que esté a su alcance. No estarán exentas de peligros, pero su inconsciencia y necesidad de vivir a mil por hora será superior. 

Me gusta la naturalidad con que Vivian asume que su admirada tía Peg, hermana de su padre y dueña del teatro, es lesbiana. Todos los personajes que rodean a Peg son vibrantes e intensos emocionalmente. Tenemos a su secretaria y pareja, a su talentoso exesposo, músicos y las bailarinas y coristas del Lily Playhouse.  

Este libro inicia cuando Vivian tiene casi 90 años y recibe la carta de una tal Angela, anunciándole que su madre ha muerto y que quiere conocer la verdadera relación que ella tuvo con su padre. Vivian le contará sin desparpajo su promiscua vida y le ofrecerá su amistad. 

Desde mi punto de vista es fascinante cómo la protagonista pasa de ser una joven perdida a una buena amiga, madre, empresaria y sobre todo una mujer que no temió vivir en el sentido amplio de la palabra. Libro recomendado para quienes quieren leer una historia dinámica, sensual y con matices feministas.

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