¿Un asesino puede matar a sus víctimas inspirándose en Alicia en el país de las maravillas? Esta es la pregunta que Guillermo Martínez, escritor argentino, le lanza al lector desde las primeras páginas del libro. Este podría considerarse como la segunda parte de Crímenes imperceptibles publicado en 2003, libro que fue llevado al cine por Álex de la Iglesia con el título de Los crímenes de Oxford.

Dos viejos conocidos
Martínez permite que aparezcan nuevamente el joven estudiante de Lógica matemática y el célebre profesor Arthur Seldom. Ambos comenzarán a investigar una serie de trágicos sucesos que tienen como punto central a Lewis Carroll y su clásico. Además, podremos conocer a los singulares personajes que forman parte de la Hermandad Lewis Carroll. Deja de leer desde aquí si aún no leíste el libro y pasa al último párrafo.

Retratos prohibidos
La controversia sobre la supuesta pedofilia practicada por Carroll a sus “niñas amiguitas”, a través de sugerentes retratos fotográficos es una línea transversal de la obra, ya que nos toparemos con la colección realizada por el autor. Y será utilizada como pantalla por un desalmado editor que busca ocultar su negocio de pornografía infantil, sin importarle asesinar para ello.
La frase escondida
El detonante de todas las tragedias será una frase escrita en un trozo de papel, arrancado de los diarios personales de Carroll, y encontrado por la becaria Kristen Hill. Dicho papel cambiará la vida de la joven, aniquilará su espíritu y la empujará al suicidio.
Finalmente, debo comentarles que el libro me gustó mucho, ya que es una mezcla de novela policíaca, pero que utiliza las matemáticas para descifrar detalles y hechos que no saltan a la vista. Es un texto que fluye rápidamente y permite que el lector viva la historia, pero sin que nunca deje de prestar atención.